El 11 de mayo de 2011 la ciudad de Lorca se vio sometida a una serie de movimientos sísmicos que produjo daños de diversa índole en el 80% de las construcciones de la ciudad, llegando en muchos casos a verse comprometida la integridad de las estructuras de los mismos.
Por causa directa de los terremotos colapsaron varios edificios y hubo que lamentar víctimas mortales. Durante la primera semana tras la catástrofe los arquitectos de Ecoproyecta colaboraron con las tareas de campo para la identificación y primera clasificación de los edificios afectados. Se calcula que el 80% de las construcciones fueron dañadas y en torno a 1.200 viviendas tuvieron que ser demolidas junto a 50 naves industriales.
Cuando la situación se vio normalizada tras el terremoto, las obras de reparación de los edificios dañados sucedieron de modo espontáneo y descontrolado por parte de la Administración Local. Esto supuso serios problemas ya que muchas obras no fueron supervisadas por técnicos en ningún momento y no contaban con documentación técnica para cuantificar las intervenciones y proceder así con los procesos de compensación por el Consorcio de Seguros.
El contexto, claro dominante en el desarrollo de la rehabilitación.
Por encima de las cuestiones técnicas, el desarrollo del proyecto se vio totalmente condicionado por las circunstancias que rodean al proyecto y que fueron determinantes para su desarrollo. La comunidad de propietarios, convertida en promotora de la noche a la mañana, tuvo que ser desalojada. Algunos residentes no tuvieron otra opción que seguir viviendo en el edificio a pesar de su leve apuntalamiento de emergencia. El Ayuntamiento no habilitó ningún protocolo de actuación y reparación, y las obras se llevaban a cabo sin licencia ni supervisión. El Consorcio de Compensación de Seguros no facilitaba los trámites y dificultaba aún más la situación. Los agentes implicados tuvimos que trabajar al límite durante más de un año para unas obras que debieron ser ejecutadas en pocas semanas. El caos colapsó la Administración y la comunidad de propietarios, desamparada, tuvo que esperar más de un año para ver el comienzo de las obras de reparación de su edificio, el cual fue de los primeros que se repararon en base a un Proyecto técnico con licencia de obras.
Por todo lo expuesto anteriormente creemos que este es un proyecto ejemplar de sostenibilidad social dado al trabajo de gestión y mediación entre agentes que desempeñamos y que la comunidad de propietarios recibió en todo momento. Debemos destacar la difícil tarea de coordinación que llevaron a cabo el presidente de la comunidad y la administradora de fincas.
Mejorar la ductilidad y aumentar la resistencia cortante sin alterar la rigidez fue el reto de la actuación.
El edificio, construido en 1991, no contaba con un diseño anti-sísmico. En base a la tipología del edificio y las posibilidades de intervención existentes, se adoptó la decisión de actuar reparando los elementos dañados y de reforzar elementos potencialmente sensibles con objeto de mejorar la ductilidad general del edificio sin modificar la rigidez del mismo. La segunda parte no pudo ser llevada a cabo por la negativa presupuestaria del Consorcio.
El método de intervención propuesto se basa de modo generalizado en la aplicación de un encamisado exterior de fibra de carbono. Debido a las condiciones particulares del edificio, se considera que esta es la mejor opción frente a otras posibles alternativas mediante encamisados de hormigón o acero.
Se realizó una modelización de la estructura y se le sometió a unas fuerzas sísmicas equivalentes a las que se dieron en la ciudad de Lorca esos días. Con este modelo se pudo, en primer lugar, comprobar que las zonas más susceptibles a sufrir daños fueron las dañadas por el terremoto y, en segundo, descubrir zonas sensibles a ser reparadas, así como analizar los efectos adversos sobre el resto de la estructura y obtener datos para el dimensionado de la reparación.
El encamisado mediante fibra de carbono permite incrementar de modo importante la resistencia de la sección frente a esfuerzos cortantes, favoreciendo la disipación de energía y evitando roturas por cortante, en general de tipo frágil, a la vez que contribuye a mejorar la ductilidad por el efecto de zunchado que se genera en el hormigón, todo esto sin alterar la rigidez del edificio.
En los pilares más dañados, donde las armaduras estaban plastificadas o incluso quebradas por los esfuerzos recibidos a cortante, fue necesaria la sustitución total de la armadura y por lo tanto el picado completo del pilar. Para ello el edifico quedó apeado durante las obras mediante una estructura metálica temporal y reutilizable que descargaba las solicitaciones de los forjados directamente hasta la cimentación, atravesando elementos estructurales horizontales o la rampa del garaje a su paso.
Las alternativas de encamisado en hormigón o acero, en general, producen incrementos desproporcionados en la rigidez de la estructura que conllevan un aumento de la acción sísmica sobre el edificio, alterando su comportamiento dinámico frente a esfuerzos horizontales, lo que en determinadas circunstancias puede anticipar el colapso del edificio.
Proyecto: Informe de evaluación y Proyecto de rehabilitación estructural del Edificio Pirámide de Lorca
Fases: Informe NCSE-02, Proyecto básico y de ejecución,
Dirección de obra, asistencia en el proceso de contratación e Informe
de apuntalamiento de emergencia.
Promotor: Comunidad de Propietarios del Edificio Pirámide
Presidente: Pablo Padilla Santano
Administrador de Fincas: Fincadelia Lorca
Ingeniería: QL Ingeniería
PEM: 65.000€
Empresa constructora: Profesiomur
Fecha del terremoto: Mayo de 2011
Fecha del Informe: Agosto 2011
Fecha del Proyecto: Diciembre 2011
Inicio de las obras: Abril 2012
Fin de las obras: Agosto 2012