Esta vivienda ecológica de tierra se ubica en el centro histórico de Torquemada, en una parcela que hace esquina a las calles Nueva y Villarruel. Actualmente la parcela presenta dos edificaciones, una al norte dando a la calle Nueva, y otra al sur dando a la calle Villarruel, dejando un gran patio entre ambas.
La edificación al norte será demolida para construir en su lugar la casa objeto de este proyecto. La vivienda se proyecta con estrategias bioclimáticas para conseguir una casa pasiva y dotarla del confort térmico adecuado con un mínimo consumo energético. Asimismo, se plantea el uso de técnicas y materiales del campo de la bioconstrucción, tales como muros de tapial de tierra, mampostería, estructura de madera y aislamientos térmicos de origen natural.
Planta de esta vivienda ecológica de tierra
La vivienda se sitúa en la parte norte de la parcela y tiene su acceso a través del jardín interior de la parcela. La vivienda se compone de dos parte una a sur, con fachada a esta orientación y el jardín donde sitúa el vestíbulo de la vivienda a través de un invernadero, y las zonas vivideras como el salón, cocina y comedor que se prolongan hacia el jardín mediante una terraza. La parte norte, colinda con la medianera y alberga los dormitorios principales, uno de ellos dispone de un gran vestidor, además se encuentra un baño y un lavadero. Estos dormitorios dan a dos patios interiores.
Conectando ambas partes se encuentra una zona de paso que alberga las instalaciones y una zona de estudio como da acceso a una pequeña habitación de estudio o dormitorio, así como el aseo de invitados.
Estrategias bioclimáticas para una arquitectura pasiva
El objetivo es crear unos espacios interiores confortables térmicamente con bajo consumo energético. Para ello recurrimos a estrategias bioclimáticas para que la casa funcione de manera pasiva sin necesidad de recurrir a instalaciones gran parte del año. En concreto esta casa incluye las siguientes medidas:
Inercia térmica:
La casa se levanta sobre muros de tapial de 50 cm de espesor, lo que aporta una gran inercia térmica a la casa. Esta inercia garantiza estabilizar la temperatura interior de la casa y que sea fácil mantener un confort durante todo el año. En verano la temperatura máxima supera rara vez los 30º, pero gracias a que de noche baja por debajo de los 15º la inercia térmica consigue tener una temperatura fresca durante los meses estivales sin necesidad de sistema de refrigeración. En invierno lo que se consigue es que los muros capten parte de la energía conseguida mediante la radiación solar y por el sistema de calefacción, manteniendo una temperatura agradable y estable con poco consumo energético.
Orientación:
La casa orienta sus estancias fundamentales (salón, comedor, cocina) a sur, de manera que se capta al radiación solar de invierno y pero es sencillo conseguir sombra en verano, ya que el sol se encuentra muy vertical en ese periodo.
Ventilación mediante patios:
La casa se vuelca hacia el interior de la parcela, pero se consigue una excelente ventilación gracias a la disposición de patios, por un lado el jardín principal a sur y por otro dos pequeños patios traseros.
Invernadero:
El acceso a la casa se realiza a través de un vestíbulo-invernadero orientado a sur. Este espacio permite acumular el calor en invierno y aportarlo a la parte delantera, y en verano se puede abrir para ventilar y evacuar ese calor.
Calefacción por suelo radiante con biomasa:
La casa se calienta en invierno en parte gracias a la buena disposición de huecos a sur y del invernadero delantero. Pero el invierno es muy frío en Torquemada y se requiere de un aporte de calor. Esto se hace mediante un suelo radiante que se alimenta a través de una caldera de biomasa. De esta manera se consigue una sensación térmica agradable y por otro lado no se aporta nuevo CO2 a la atmósfera (sólo el que ya había consumido la biomasa en su formación).
Carpintería de madera y vidrios eficientes:
El material que mejor funciona para evitar puentes térmicos en ventanas y puertas exteriores es la madera, además es un material natural que aporta calidez a la casa. Los vidrios son de doble acristalamiento y bajo emisivos.
Uso de aislamientos naturales:
Los aislamientos procedentes de derivados del petróleo (poliestirenos, poliuretanos, etc), aparte del peligro que suponen en caso de incendio por los gases tóxicos que emiten, no son tan eficaces para el calor como los de origen natural.
Con todas estas estrategias al final la calificación energética conseguida es la más alta, clase A.
Materiales naturales: una apuesta por arquitectura sana creando una casa de tierra
En Ecoproyecta nos gusta hacer uso de materiales naturales en la medida de lo posible, en parte porque suelen implicar un menor coste energético en su fabricación, pero también porque son biodegradables y su ciclo de vida es sostenible, y finalmente porque ayudan a conformar ambientes sanos sin componentes tóxicos. En este caso la casa se construye fundamentalmente con tierra y madera; la tierra para los muros de tapial y la madera para la estructura de cubierta, las carpinterías y algunos paramentos. También se hace uso de aislamientos térmicos naturales, como corcho natural en la cubierta, el suelo y en algunos paramentos verticales.
Las casas de tierra se han construido durante miles de años y ha sido una forma de construir utilizando materiales sencillos, cercanos y que aportaban una gran inercia térmica a interior de las viviendas. Hoy en día no es fácil encontrar viviendas ecológicas de tierra, pero algunas empresas han mantenido este sistema tradicional y el auge de la bioconstrucción ha hecho que vuelva a ser una forma muy válida de construir, por economía y ecología.
Proyecto: Vivienda unifamiliar ecológica de tierra
Ubicación: Torquemada (Palencia)
Superficie: 166 m2 construidos + jardín y patios
Fases completadas: Proyecto básico y de ejecución
Promotor: Privado
Equipo:
Arquitectura: Ecoproyecta
Arquitectos colaboradores: Antonio Cerezuela, Violeta García, Jose Fco Solache
Construcción: Todavía sin construir
Aunque la parcela da a dos calles el gran potencial que tiene es el patio interior que alberga, cerrado por una antigua tapia. La estrategia de demoler la construcción ruinosa que hay al norte permite tener una casa orientada a sur y mirando hacia dicho patio, que puede ser un bonito jardín interior. De esta manera la casa se cierra a las calles pero se abre a un interior tranquilo y privado. Al jardín principal se le suman dos pequeños patios que permiten iluminación natural y ventilación cruzada en toda la casa.